Trauma psicológico
Más a tu lado que nunca
Tratamientos para problemas relacionados con crisis vitales
Hay momentos en la vida que los sucesos nos impactan de tal manera que nos hacen una herida que no podemos procesar y necesitamos de un profesional para recomponernos, al igual que un traumatismo en nuestro cuerpo.
Lo vivido y lo sentido por el mero paso del tiempo no hace que desaparezca, sino todo lo contrario, va cogiéndose la revancha día a día, modificándose patrones cerebrales, en la representación de uno mismo, del mundo, a la hora de poder ejecutar actividades o tareas.
¿Qué es el trauma psicológico?
Si buscamos la definición en la RAE lo define como herida, lesión emocional producido por un agente externo; Choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente; Emoción o impresión negativa, fuerte y duradera.
La situación vivida es de tal impacto negativo para la persona cuyo afrontamiento sobrepasa los recursos internos para procesar dicha experiencia.
¿Cómo trataremos el trauma psicológico?
Para cicatrizar heridas “del alma” tenemos que realizar tres tareas: hablar de ello, pensar en ello y soñar con ello.
El silencio, el no querer hablar de lo que duele es un primer paso a desafiar, ya que cuando hay trauma aparece la fobia a la reexperimentación, por lo que se hace imprescindible desde la primera sesión ir estableciendo un vínculo y base segura para poder llevar a cabo esta tarea.
Aquí cobra especial importancia la técnica EMDR para procesar trauma, ya que lo que el cerebro hace de forma natural en el sueño REM, se lleva a la consulta con protocolos específicos.
Se ha investigado gracias a la neurociencia que el impacto emocional que la situación vivida tiene en una persona provoca una fragmentación en las funciones cerebrales, en concreto hiperactivando la amígdala (estructura subcortical dedicada al procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales y de peligro) y desconectándose del córtex cerebral, disminuyendo la activación de estructuras como el hipocampo (encargado de la memoria) y estructuras del lenguaje, de ahí que nos pueda costar recordar y poner palabras a lo vivido.
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